viernes, 31 de enero de 2014

Materiales difíciles de reciclar: El casamiento.

Erase una vez un material llamado plástico, que provenía del reino de los polímeros sintéticos. El plástico era muy versátil pues tenía buenas propiedades de resistencia a impacto, permeabilidad de oxígeno y humedad, además de una larga vida útil. Un día, los padres del plástico decidieron presentarle al aluminio. En seguida se llevaron bien, ya que ambos tenían propiedades similares y eran utilizados para la elaboración de envases de alimentos. El plástico y el aluminio se unieron en un casamiento que trajo grandes riquezas a sus reinos. La gente del pueblo estaba muy contenta ya que estos materiales se veían muy bien juntos y permitían que los alimentos tuvieran una mayor fecha de caducidad. Todo parecía ir bien hasta que un día, los materiales decidieron que ya no querían estar juntos. Nadie parecía entender el motivo, pero el amor es así… Lo que el plástico y el aluminio no sabían es que lo que unen las industrias el hombre no lo puede separar.


Con esta historia quise hacer una presentación de lo que son los materiales combinados. En la industria alimenticia, y en otras también, se suelen utilizar combinaciones de materiales que facilitan la vida tanto al fabricante como al consumidor. Así, los alimentos perecederos pueden recorrer grandes distancias antes de llegar a las perchas de los supermercados, y también pueden durar más de tres meses en las alacenas de las casas de las personas antes de ser consumidos.

¿Alguna vez han comido una barra de chocolate o de cereal? Viene en un empaque que se ve plateado por dentro. Este es conocido como “laminado” y es una mezcla de dos láminas: una de plástico (polipropileno) y una de aluminio. La combinación de estos dos materiales permite que el chocolate pueda estar meses dentro de ese empaque sin  que se oxide y sin que le entre humedad. Así el chocolate puede ser exportado y sobrevivir los largos viajes intercontinentales, trámites aduaneros,  despachos hasta los supermercados, y llegar en perfecto estado al paladar de los chocomaníacos.



Pero probablemente en empaque de alimentos más conocido y que también es un material combinado es el polialuminio con cartón, comercialmente conocido como “Tetrapak”. Un jugo envasado en una botella de plástico no se conservará de igual manera que como en el “Tetrapak”. Probablemente su color cambiará porque las frutas se oxidan, y ya no se verá apetecible para el consumidor. El “Tetrapak” también evita que el producto necesite refrigeración antes de ser abierto.



El aluminio, plástico y cartón, todos son materiales reciclables, ¿pero qué ocurre cuando han sido combinados? ¿Y cómo es que fueron combinados?

Las láminas de aluminio y plástico se suelen fundir aplicando calor. Los componentes no se separarán fácilmente porque el proceso de fundición fue realizado precisamente para que permanecieran juntos el mayor tiempo posible y bajo las condiciones más adversas. Un material combinado no puede ser clasificado como uno de sus componentes: El “laminado” no es ni plástico ni aluminio para los recicladores porque para que sus componentes puedan ser reciclados necesitan ser sometidos a un proceso de separación.

Lo que unen las industrias el hombre no lo puede separar.

En parte es cierto, pero siempre se podrá aplicar otro proceso industrial para deshacer lo que se hizo. Ahora, que ese proceso produzca otros impactos ambientales, ya es otra cosa. Pero siendo positivos, digamos que no se ocasionasen más impactos ambientales, ¿cuál sería el problema entonces? Pues como el proceso de separación implicaría un costo, alguien tendría que pagarlo…  ¿Pero quién?

Algunas veces el problema no es que los materiales no se puedan reciclar, sino que el proceso de reciclaje sea rentable. 

Loco Ecológico

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